Pensando más allá de los Tenangos: Técnicas alternativas de bordado en la región Otomí-Tepehua-Nahua en Hidalgo
Escrita por Arantza Caudillo
“¿Qué pasará cuando los Tenangos pasen de moda?” se preguntó Alejandra Ríos Pérez, coordinadora de campo de PSYDEH. A medida que las personas conceden a patrones de sobreconsumo para estar a la vanguardia de las últimas tendencias de moda, el equipo de PSYDEH se pregunta: ¿qué pasará con la economía de la región cuando los tenangos ya no sean las piezas más populares en el mercado? Muchas mujeres de la región Otomí-Tepehua-Nahua dependen de sus hermosos tenangos para sustentar el ingreso familiar, a veces siendo el único ingreso.
Los tenangos experimentaron un rápido aumento en popularidad durante la última década. Una gran cantidad de textiles fueron exportados a Estados Unidos, Canadá, Francia, Japón, Reino Unido, Italia y varios otros países alrededor del mundo. ¡Incluso los tenangos aparecieron en el popular programa estadounidense “And Just Like That” en 2021!
Con el hiperconsumismo y la necesidad de las personas de seguir tendencias que cambian más rápido que las estaciones, el personal de PSYDEH y sus aliados temen que la popularidad de los tenangos eventualmente se desvanezca. Entonces, ¿qué podemos hacer como consumidores y como organizaciones para seguir apoyando a las artesanas de la región Otomí-Tepehua-Nahua? Propongo empezar a educarnos a nosotros mismos y a otros sobre el conocimiento ancestral de la región en relación a las técnicas de bordado para ampliar la variedad de textiles tradicionales en el mercado y reducir la influencia de los patrones de sobreconsumo al crear conciencia sobre el detallado trabajo artesanal y el significado cultural detrás de cada pieza.
La gran sierra en el sureste de Hidalgo es hogar de tres grupos originarios: los Otomíes o Ñuhus, los Tepehuas y los Nahuas. Aunque la mayoría de quienes pertenecen a estos grupos adoptaron la técnica de bordado comercialmente famosa de tenango, muchos poseen un vasto conocimiento de otras técnicas de bordado culturalmente significativas que precedieron a los tenangos. Estas técnicas incluyen el punto de cruz Otomí de los municipios de Tenango de Doria y San Bartolo Tutotepec, pepenado Tepehua de Huehuetla y punto de cruz y telar de cintura Nahua de Acaxochitlán. Por lo tanto, este artículo tiene como objetivo profundizar en la historia y el significado cultural de cada técnica de bordado para inspirar a los lectores y compradores a explorar artesanías de la región más allá de los tenangos y contribuir hacia la concientización hacia una moda más lenta y sustentable.
Desde las pinturas rupestres hasta las madres solteras: El nacimiento de los tenangos
“Esta es la historia que las doñitas cuentan a los compradores”, explicó Jaz, líder del cuerpo de campo de PSYDEH, después de discutir una de las historias más famosas sobre el nacimiento de los tenangos. Jaz cuenta que ante los extranjeros y posibles compradores, muchas artesanas comparten la misma historia sobre los tenangos. La historia cuenta que una mujer de la comunidad de San Nicolás, perteneciente al municipio de Tenango de Doria, encontró inspiración en algunas pinturas rupestres prehistóricas en “El Cirio” y comenzó a dibujar esas pinturas en manta cruda, convirtiéndo el tenango en una pieza culturalmente importante porque representa la cosmovisión Otomí presente en esas pinturas.
Los tenangos surgieron como una alternativa económica para la región, y muchos ignoraron sus verdaderas raíces durante décadas (Vázquez y de los Santos 2015, 165). Al preguntarle a las artesanas sobre el significado de sus tenangos, muchas responderán que los dibujos son simplemente animales y plantas que ven “en el cerro” (Vázquez y de los Santos 2015, 163). Sin embargo, la cosmovisión Otomí vive profundamente en cada hilo de los tenangos. Gracias al apoyo de académicos mexicanos, mujeres de las comunidades de San Pablo y San Nicolás reunieron progresivamente sus recuerdos para redescubrir el verdadero origen de los tenangos.
Los primeros dibujantes de tenango fueron curanderos durante la década de los sesentas, quienes poseían conocimientos ancestrales para tratar padecimientos físicos, emocionales y espirituales (Vázquez y de los Santos 2015, 164). Los curanderos usaban su conocimiento de deidades y plantas para representarlos en sus dibujos de tenangos, que posteriormente las mujeres bordarían (Vázquez y de los Santos 2015, 164). Eventualmente, las mujeres también aprendieron a dibujar, y la actividad eventualmente se feminizó. Aunque muchos olvidaron el papel de los curanderos en la creación de los tenangos, las mujeres de la región están redescubriendo sus recuerdos de la infancia para recuperar la verdadera cosmovisión Otomí detrás de los tenangos.
Los tenangos, tal como los conocemos hoy en día, surgieron en la década de 1960 como una fuente alternativa de ingresos para mujeres cuyo ingreso familiar no cubría el costo de vivienda, para mujeres que no terminaron su educación, para madres solteras que no podían dejar el hogar y para que las mujeres ganaran autonomía y sustento en una economía patriarcal. Si bien estos representan factores del por qué existen los tenangos, cada puntada, hilo, color y dibujo representan la cosmovisión Otomí a nivel individual y comunitario.
¿Qué había antes de los Tenangos? Punto de cruz Otomí de Tenango de Doria y San Bartolo Tutotepec
El pueblo Ñuhu es el grupo étnico más grande en la sierra ya que 20,113 personas se auto adscriben como Ñuhu en toda la región en 2020. De esas personas, 4,364 viven en el municipio de Tenango de Doria, 5,037 en el municipio de San Bartolo Tutotepec y 9,056 en Huehuetla (Martínez Patricio y Castillo Oropeza 2024, 9). Si los Tenangos surgieron durante la década de 1960, ¿qué hacían los artesanos Otomíes antes de ellos?
El bordado y la producción textil representan un aspecto integral de la cosmovisión Otomí, ya que estas prácticas encarnaban la esencia de la diosa Xochiquetzal. Ella no solo representa el amor y el placer sexual, sino también el arte. Muchos creían que protegía a los artesanos, especialmente a aquellos que bordaban (Vergara Hernández 2023, 5). Así, las conexiones religiosas con el bordado muestran cómo esta práctica ha perdurado dentro del pueblo Otomí durante siglos.
Si caminas por las calles de San Bartolo Tutotepec o tienes el placer de ser invitado a un hogar Otomí, son imperdibles los hermosos artículos del hogar, principalmente servilletas, bordadas en punto de cruz. Esta puntada consiste en coser pequeñas formas de X siguiendo una figura previamente dibujada hasta que el bordado adquiera la apariencia deseada. Muchas mujeres Ñuhu, especialmente las mujeres mayores, saben bordar en punto de cruz y suelen tener artículos del hogar bordados en este punto. Sin embargo, muchos de estos artículos son solamente para consumo personal y rara vez llegan al mercado.
Cuando se les pregunta por qué se abstienen de vender estas hermosas piezas, las mujeres simplemente responden que no se venden bien en comparación con los tenangos. Académicos y compradores han pasado por alto una práctica significativa de la cultura Ñuhu, ya que la mayoría de ellos se centraron en los tenangos u otras prácticas de la región y no produjeron investigaciones académicas sobre el punto de cruz. Sin embargo, el punto de cruz es tan integral y culturalmente relevante como cualquier otro.
Aunque carecemos de información académica, muchos otros Otomíes de otras regiones de México tienen técnicas de bordado ancestral similares que muestran la complejidad y la importancia cultural del punto de cruz.
El bordado olvidado: Pepenado y Telar de Cintura Tepehua del municipio de Huehuetla
Los Tepehuas constituyen un grupo minoritario en la región montañosa del sureste de Hidalgo, concentrando la mayoría de su población en la cabecera municipal de Huehuetla y en comunidades limítrofes (Martínez Patricio y Castillo Oropeza, 9). En un Censo de población de 2020 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo 1,656 personas se describieron como Tepehua.
El pepenado y el telar de cintura son fundamentales en el arte textil Tepehua. Estas técnicas de bordado se encuentran en blusas, faldas, corsés y en piezas tipo poncho llamadas kexkemes, tapun o quechquemitl. El bordado en cada una de las piezas representa elementos de la identidad indígena a través de la representación de la cosmovisión Tepehua sobre la vida y la muerte y su relación con el universo, las estrellas y la naturaleza (Flores Aparicio 2014, 127).
Como demostró Doña Juanita, artesana y tesorera de la cooperativa Tierra de Bordadoras, la técnica del pepenado consiste en crear puntadas pequeñas y muy juntas que forman patrones intrincados, a menudo pareciendo puntos o pequeños bucles. El pepenado requiere generalmente de una tela que permita a la artesana contar cada hilo para hacer puntadas simétricas. Las artesanas colocan el bordado en los hombros, el pecho y la espalda de la blusa, así como en la parte inferior de la falda.
Los motivos detrás de cada pepenado incluyen flores, pájaros, mamíferos y figuras geométricas. El diseño en las mangas de la blusa representa el ciclo de vida y muerte y debe estar en colores rojo, que representa la fertilidad; verde, que representa la naturaleza; o azul, que representa la vida (Flores Aparicio 2014, 128). El bordado pepenado representa la creatividad de las mujeres Tepehuas y comparte su conocimiento ancestral sobre la naturaleza humana.
Además, las mujeres Tepehuas elaboran el quechquemitl, conocido comúnmente como Tapun en Huehuetla, con telar de cintura. El telar de cintura es una herramienta de tejido tradicional que se ajusta alrededor de la cintura, y el otro extremo se ata a un árbol o un palo. La acción de tejer consiste en entrelazar perpendicularmente dos grupos de hilos, llamados urdimbre, en una posición paralela a lo largo de la tela que luego se entrelazan con hilos transversales llamados trama (Flores Aparicio 2014, 120). El tapun se puede usar como cubierta sobre la cabeza, un velo o chal en la cabeza, sobre los hombros o en forma triangular sobre el pecho y la espalda.
Los Tepehuas plasmaron sus cosmovisiones, tradiciones y conocimiento en cada pieza que usaban y en cada hilo que bordaban y tejían. El pepenado en blusas, faldas y corsés y el telar de cintura en el tapun demuestran la complejidad de la sabiduría ancestral que continúa perdurando en la cultura Tepehua actual.
Telar de Cintura y Punto de Cruz en Acaxochitlán
Acaxochitlán, un municipio cercano a la urbe de Tulancingo, tiene una vegetación impresionante, una deliciosa gastronomía y hermosas artesanías que encarnan las fuertes raíces culturales de su gente. A diferencia de los Tepehuas, los Nahuas de Acaxochitlán han recibido reconocimiento nacional e internacional por sus intrincadas piezas bordadas, más notablemente el quechquémitl–comúnmente escrito de manera diferente que en Huehuetla– y bolsas en telar de cintura y punto de cruz. Sin embargo, estas piezas enfrentaron un destino similar al tapun Tepehua, ya que también experimentaron un mercado limitado.
El municipio de Acaxochitlán limita con el estado de Puebla y es uno de los municipios más alejados de la región, aunque con mejor acceso al comercio urbano. Los Nahuas son el grupo étnico más grande en Acaxochitlán ya que 21,798 personas Nahuas residen en este municipio (INPI 2020). Las comunidades de Santa Catarina y Santa Ana Tzacuala han recibido la mayor atención en relación con sus artesanías bordadas.
Al igual que los Tepehuas, los Nahuas utilizan el telar de cintura, una herramienta de tejido tradicional que consiste en entrelazar hilos llamados urdimbre y trama, para elaborar el quechquémitl. Además, también utilizan hilos coloridos y punto de cruz para bordar estas piezas e inscribir sus cosmovisiones y conocimiento ancestral. Por ejemplo, el árbol floral en la mayoría de sus quechquémitl se alinea con sus simbolismos cosmológicos (Báez Cubero 2020). Los artesanos Nahuas suelen bordar flores, animales, grecas y figuras geométricas en sus quechquémitl en diversas combinaciones de colores (Báez Cubero 2020). Los artesanos Nahuas no se limitaron a los quechquémitl y también bordan servilletas, bolsas y carpetas utilizando la misma técnica para venderlos en los mercados locales.
La elaboración y uso del quechquémitl utilizando telar de cintura y punto de cruz representa el conocimiento ancestral Nahua que data del período prehispánico. El quechquémitl lleva un legado de las cosmovisiones y cultura Nahua, siendo un factor integral en la preservación de las tradiciones de los pueblos originarios de la región Otomí-Tepehua-Nahua.
Conclusion
Frenar la narrativa de la moda rápida nos permitirá descubrir piezas alternativas y sostenibles hechas para durar toda la vida y que contribuyen al desarrollo de la economía local. Compartir y comprar piezas bordadas en tenango, punto de cruz, pepenado y telar de cintura de las personas de la región Otomí-Tepehua-Nahua no solo contribuirá al bienestar de las artesanas y sus cooperativas y al desarrollo sustentable de las comunidades, sino también a la conservación de culturas y tradiciones. Además, es un pequeño pero impactante paso hacia un mercado más holístico que valore la artesanía y el significado cultural en lugar de la desechabilidad y las modas pasajeras.
Como lectores y consumidores, les invito a visitar cada una de las cooperativas lideradas por mujeres artesanas–Cooperativa Tierra de Bordadoras, Yu Danxu Mpfei Di Töi, Ya Bombé Uedi Ko Nä Müi, y Cooperativa Sihuame Tekikame–para adentrarse a la cultura de la región Otomí-Tepehua-Nahua y apoyar a los artesanos locales. También les invito a navegar por la nueva plataforma de comercio digital “Red Sierra Madre” para explorar y comprar textiles de las cooperativas ya mencionadas.
Bibliografía
Vazquez y de los Santos, Elena. 2015. “El Arte Popular de las Mujeres de Tenango” en Mujeres, Feminismo y Arte Popular por Eli Bartra y Maria Guadalupe Huacuz Elias. México: Universidad Autónoma Metropolitana
Martinez Patricio, Gustavo y Oscar Adan Castillo Oropeza. 2024. Ontologías ecopolíticas en la Sierra Oriental Hidalguense (México): una mirada sobre la ritualidad de los Ñuhu y Ma’alh’ama’ a la Sirena. México: Revista Kawsaypacha.
Flores Aparicio, Palemon Alberto. 2014. Tepehuas de Huehuetla: Costumbres y Tradiciones. Hidalgo: Pacmyc.
Báez Cubero, Lourdes. 2020. Quechquémitl de Acaxochitlán. Museo Nacional de Antropología. https://mna.inah.gob.mx/detalle_pieza_mes.php?id=232
Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). 2020. Atlas de los pueblos indígenas de México. https://atlas.inpi.gob.mx/nahuas-de-hidalgo-estadisticas/
Vergara Hernandez, Arturo. 2023. “Los ÑHAÑHU u Otomí del Estado de Hidalgo, una Visión a Vuelo de Pájaro.” México: Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.